Me encontré esta reflexión en la pagina http://www.pasionazulcrema.com.mx/ por jairo, la transcribo Integra ya que estoy totalmente de acuerdo.
Ojalá se entienda bien lo que quiero decir: Perder no es grave.
En el juego hay tres resultados, todos merecidos como inexplicables según distintos presentes de los diversos equipos. En una competencia, la que sea, de lo que sea, la posibilidad de ser primero es exactamente la misma que la posibilidad de terminar último. Por supuesto la probabilidad jamás será la misma, el América siempre tiene mayor probabilidad de ser campeón que de terminar colero general y los números a lo largo de la historia lo demuestran.
Si en la Liga mexicana dirigieran los 18 mejores técnicos del mundo, pensemos en Ferguson, Capello, Scolari, Lippi, etc., y todos ellos tuvieran planteles de calidad mundial, forzosamente alguno tendría que ser campeón y alguno, cualquiera, estaría igualmente destinado a terminar al fondo de la tabla, obviamente con un número de derrotas mayor al resto. Es parte del juego.
¿Qué quiere decir esto? Pues que el América, como cualquier otro equipo de México y del mundo, está expuesto a tener una temporada como la actual, así como lo está a ser Campeón en la próxima. Regresando a posibilidades y probabilidades, nada ha cambiado, quizá pasen muchos años antes de que el América termine en último de la tabla otra vez, pero podríamos asegurar que eventualmente volverá a ocurrir, al igual que le sucederá a los demás equipos. En el otro extremo, igual podemos asegurar que será Campeón una vez más, tal como lo serán el resto de los equipos. La discusión está en la frecuencia y en la forma, es decir, un equipo como Atlas ha pasado 57 años sin título, pero sin duda lo logrará en algún momento, aunque es improbable que logre sostener una racha de varios títulos de ahí en adelante. De la misma manera, hay equipos como Puebla, Veracruz o Querétaro que están destinados a pasar más torneos peleando por no descender que por ser campeón. Esta frecuencia, entonces, define en mucho el papel que juegan los equipos en nuestro futbol hablando de equipos grandes y chicos, lo que significaría que el América a partir de ahora debería trabajar para no quedar en último de la tabla en los próximos 93 años, es decir, alargar con un año la racha que se interrumpió este 2008. De lo contrario, iría en retroceso.
La frecuencia nos da una idea del porvenir de todos los equipos, todos tienen un papel dentro del futbol, y cuando se salen de este rol, no es más que una excepción, tal como lo es este Clausura 2008 en la larga historia del América. El otro tema es entonces, la forma. Lo grave no es perder o ser el peor del torneo, eso es parte del juego y a todos les tocará vivirlo tarde o temprano, no es grato, pero todos entendemos que en una competición puedes terminar arriba como bien puedes estar hasta abajo, y es precisamente por esto que en todos los casos hay que revisar el “cómo”, pero revisarlo de manera independiente al resultado, algo nada fácil.
Estaremos todos de acuerdo que la actual Directiva con Guillermo Cañedo ha tenido un trabajo desastrozo, pero hagamos un ejercicio de memoria y pensemos qué tan diferente ha sido su gestión a la de los más recientes Presidentes del Club. Sinceramente no demasiado.
El América está muy mal manejado desde hace más de una década, han sido constantes las pésimas decisiciones y la llegada de gente ineficiente. Aquí en el sitio lo hemos dicho desde 1999, y volteando hacia el pasado, yo no me atrevería a decir que este 2008 la Directiva trabajó peor que en los años anteriores, simplemente ahora se nota más por lo que el equipo ha enseñado en la cancha. Los títulos de 2002 y 2005 ocultaron los defectos de la Institución por un tiempo.
Esto me lleva a pensar si los aficionados realmente quieren una reestructuración o quieren títulos. Por supuesto entiendo que quisiéramos las dos, pero aunque en el Verano 2002 y el Clausura 2005 la Directiva, con Pérez Teuffer primero y Cañedo después, cometía exactamente los mismos errores que ahora, y exhibía las mismas fallas, no se escuchaban las voces furiosas de los aficionados como las escuchamos hoy en día, a pesar de que en esa época la ‘reestructuración’ era tan necesaria como ahora.
Sugiero entonces tratar de observar más detenidamente las decisiones que se toman en el Club, apartándolas totalmente de los resultados en la cancha, porque lo más probable es que en próximos torneos el América, como es costumbre, esté en la parte alta de la tabla, pero con la misma crisis institucional que vive ahora.
Para ser más concretos, ya se ha decidido que Michel Bauer sea el nuevo Presidente del América, un tipo que asumirá el puesto sólo por ser cercano a Emilio Azcárraga Jean y no por su identificación con el América o por su capacidad para desempeñar el puesto (como ya ha sucedido). Seguramente con él llegará un técnico de prestigio, con algunas figuras importantes (como ya ha sucedido), pero en el fondo nada habrá cambiado. Pensándolo así, lo peor que le podría pasar al América es tener buenos torneos, porque todo lo podrido que hay dentro del Club se olvidará (como ya ha sucedido) para recordarlo hasta que las derrotas lleguen nuevamente (como está sucediendo).
Perder no es grave, mientras las cosas se hagan bien, así como los triunfos pierden valor cuando las cosas se hacen como ahora en el América. A mí no me duelen tanto las derrotas de este torneo como ver lo que hacen con mi equipo, lo cual me lastima y me molesta aunque salga campeón. Quizá en lo inmediato, lo más grave que le pueda pasar al América sea ganar, porque nos estaremos asegurando algunos años más de que las mafias de Televisa sigan hundiendo al equipo, alejándolo de las glorias que vivió alguna vez e incrementando las probabilidades americanistas de terminar último de la tabla conforme pase el tiempo, y esto será mucho, pero muchísimo más grave que cualquier derrota que podamos sufrir en la cancha.
En el juego hay tres resultados, todos merecidos como inexplicables según distintos presentes de los diversos equipos. En una competencia, la que sea, de lo que sea, la posibilidad de ser primero es exactamente la misma que la posibilidad de terminar último. Por supuesto la probabilidad jamás será la misma, el América siempre tiene mayor probabilidad de ser campeón que de terminar colero general y los números a lo largo de la historia lo demuestran.
Si en la Liga mexicana dirigieran los 18 mejores técnicos del mundo, pensemos en Ferguson, Capello, Scolari, Lippi, etc., y todos ellos tuvieran planteles de calidad mundial, forzosamente alguno tendría que ser campeón y alguno, cualquiera, estaría igualmente destinado a terminar al fondo de la tabla, obviamente con un número de derrotas mayor al resto. Es parte del juego.
¿Qué quiere decir esto? Pues que el América, como cualquier otro equipo de México y del mundo, está expuesto a tener una temporada como la actual, así como lo está a ser Campeón en la próxima. Regresando a posibilidades y probabilidades, nada ha cambiado, quizá pasen muchos años antes de que el América termine en último de la tabla otra vez, pero podríamos asegurar que eventualmente volverá a ocurrir, al igual que le sucederá a los demás equipos. En el otro extremo, igual podemos asegurar que será Campeón una vez más, tal como lo serán el resto de los equipos. La discusión está en la frecuencia y en la forma, es decir, un equipo como Atlas ha pasado 57 años sin título, pero sin duda lo logrará en algún momento, aunque es improbable que logre sostener una racha de varios títulos de ahí en adelante. De la misma manera, hay equipos como Puebla, Veracruz o Querétaro que están destinados a pasar más torneos peleando por no descender que por ser campeón. Esta frecuencia, entonces, define en mucho el papel que juegan los equipos en nuestro futbol hablando de equipos grandes y chicos, lo que significaría que el América a partir de ahora debería trabajar para no quedar en último de la tabla en los próximos 93 años, es decir, alargar con un año la racha que se interrumpió este 2008. De lo contrario, iría en retroceso.
La frecuencia nos da una idea del porvenir de todos los equipos, todos tienen un papel dentro del futbol, y cuando se salen de este rol, no es más que una excepción, tal como lo es este Clausura 2008 en la larga historia del América. El otro tema es entonces, la forma. Lo grave no es perder o ser el peor del torneo, eso es parte del juego y a todos les tocará vivirlo tarde o temprano, no es grato, pero todos entendemos que en una competición puedes terminar arriba como bien puedes estar hasta abajo, y es precisamente por esto que en todos los casos hay que revisar el “cómo”, pero revisarlo de manera independiente al resultado, algo nada fácil.
Estaremos todos de acuerdo que la actual Directiva con Guillermo Cañedo ha tenido un trabajo desastrozo, pero hagamos un ejercicio de memoria y pensemos qué tan diferente ha sido su gestión a la de los más recientes Presidentes del Club. Sinceramente no demasiado.
El América está muy mal manejado desde hace más de una década, han sido constantes las pésimas decisiciones y la llegada de gente ineficiente. Aquí en el sitio lo hemos dicho desde 1999, y volteando hacia el pasado, yo no me atrevería a decir que este 2008 la Directiva trabajó peor que en los años anteriores, simplemente ahora se nota más por lo que el equipo ha enseñado en la cancha. Los títulos de 2002 y 2005 ocultaron los defectos de la Institución por un tiempo.
Esto me lleva a pensar si los aficionados realmente quieren una reestructuración o quieren títulos. Por supuesto entiendo que quisiéramos las dos, pero aunque en el Verano 2002 y el Clausura 2005 la Directiva, con Pérez Teuffer primero y Cañedo después, cometía exactamente los mismos errores que ahora, y exhibía las mismas fallas, no se escuchaban las voces furiosas de los aficionados como las escuchamos hoy en día, a pesar de que en esa época la ‘reestructuración’ era tan necesaria como ahora.
Sugiero entonces tratar de observar más detenidamente las decisiones que se toman en el Club, apartándolas totalmente de los resultados en la cancha, porque lo más probable es que en próximos torneos el América, como es costumbre, esté en la parte alta de la tabla, pero con la misma crisis institucional que vive ahora.
Para ser más concretos, ya se ha decidido que Michel Bauer sea el nuevo Presidente del América, un tipo que asumirá el puesto sólo por ser cercano a Emilio Azcárraga Jean y no por su identificación con el América o por su capacidad para desempeñar el puesto (como ya ha sucedido). Seguramente con él llegará un técnico de prestigio, con algunas figuras importantes (como ya ha sucedido), pero en el fondo nada habrá cambiado. Pensándolo así, lo peor que le podría pasar al América es tener buenos torneos, porque todo lo podrido que hay dentro del Club se olvidará (como ya ha sucedido) para recordarlo hasta que las derrotas lleguen nuevamente (como está sucediendo).
Perder no es grave, mientras las cosas se hagan bien, así como los triunfos pierden valor cuando las cosas se hacen como ahora en el América. A mí no me duelen tanto las derrotas de este torneo como ver lo que hacen con mi equipo, lo cual me lastima y me molesta aunque salga campeón. Quizá en lo inmediato, lo más grave que le pueda pasar al América sea ganar, porque nos estaremos asegurando algunos años más de que las mafias de Televisa sigan hundiendo al equipo, alejándolo de las glorias que vivió alguna vez e incrementando las probabilidades americanistas de terminar último de la tabla conforme pase el tiempo, y esto será mucho, pero muchísimo más grave que cualquier derrota que podamos sufrir en la cancha.
Jairo Martínezjairo@pasionazulcrema.com.mx
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